Todos los pilotos sin excepción han rebotado durante algún aterrizaje (así es, sin excepción alguna), este acontecimiento es más común cuando el piloto se encuentra en el periodo inicial de aprendizaje, si no se maneja de manera correcta puede llevar al desastre, entonces ¿Cómo se debe actuar?
Primeramente, debemos entender cómo y en que situaciones es que se produce el rebote durante el aterrizaje, existen dos principales causantes:
Realizar un aterrizaje brusco, es decir, que el contacto inicial con la superficie de la pista sea muy fuerte.
Aterrizaje realizado con una velocidad muy alta (comparado con la velocidad recomendada).
Cuando un piloto se encuentra en una aproximación con un alto régimen de descenso (pero velocidad controlada) la tendencia natural es, que, al momento previo de hacer contacto con la superficie de la pista este jale la cabrilla (accionando los elevadores) de la aeronave para así poder reducir un poco el régimen de descenso en muchos casos esta acción no es la solución, peor aún, en algunos casos agrava la situación, pues al momento de hacer contacto con la superficie la inercia producida por el impacto hace que descienda el empenaje de la aeronave (lo que comúnmente llamamos la cola del avión), produciendo así un aumento en el ángulo de ataque de la aeronave (relación entre cuerda alar y viento relativo) que aumenta inmediatamente la sustentación, agregado a la liberación de energía producida por la flexión momentánea del tren de aterrizaje durante el fuerte contacto, la aeronave es devuelta al aire.
NOTA: Mientras más fuerte sea el contacto con la superficie mayor será el rebote que sufra el avión, pues la inercia producida en el empenaje y la flexión sufrida por el tren de aterrizaje serán mayor también.
La causa más común de rebotes durante un aterrizaje es gracias a una excesiva velocidad durante el aterrizaje. Si durante el aterrizaje el piloto mantiene una velocidad muy alta (en comparación a la velocidad de aterrizaje recomendado por el fabricante) y la aeronave es forzada a hace contacto con la superficie de la pista, la aeronave no podrá mantenerse en contacto con la superficie más que por un corto periodo, al tener un exceso de velocidad el avión producirá mucha sustentación, suficiente para generar que la aeronave rebote.
Si el rebote es producido por un exceso de velocidad este no sería un acontecimiento tan aparatoso, pero si se puede llegar a sufrir de varios rebotes consecutivos a lo largo de la pista si no se controla a tiempo. Este suceso está relacionado a otro fenómeno muy odiado y poco entendido por los pilotos, este es el efecto suelo.
Realizar una correcta recuperación después de sufrir un rebote es una acción muy importante, pues de no hacerlo bien puede llevarnos a impactar contra la pista dañando severamente a la aeronave (especialmente el tren de nariz) o resultando en un accidente más severo. Los pasos a seguir son los siguientes:
Inmediatamente después del rebote se debe mantener presión en la cabrilla, jalando de la misma, actitud muy similar a cuando se realiza un despegue.
Recuerda que no debes apresurarte en hacer contacto con la pista, esta acción puede producir un aterrizaje mucho más aparatoso que el aterrizaje que produjo el rebote.
A medida que vayas descendiendo hacia la pista es muy recomendado aplicar un poco de potencia, a fin de poder reducir/controlar el régimen de descenso, siempre compensando con una actitud correcta de planeo y velocidad.
Ultimo paso, aterriza de manera normal. Al haber aplicado un poco de potencia te permitirá controlar mejor a la aeronave y se podrá aterrizar más suavemente.
Inmediatamente después del rebote si el piloto considera que no es seguro aterrizar con la aeronave debido al descontrol de la aeronave o a la falta de pista remanente para realizar un aterrizaje seguro la mejor acción es aplicar toda la potencia, mantener un ascenso positivo y volver a intentar el aterrizaje.
Sin lugar a dudas la prevención es la mejor solución contra el problema generado por el rebote. A medida que el piloto realiza el descenso durante la aproximación final este debe mantener las velocidades recomendadas por el fabricante (establecido en el manual de cada aeronave) según su configuración actual, cuidando también de que el régimen de descenso sea estable y no mayor al requerido, el cumplimiento de estos procedimientos le garantizara al piloto un aterrizaje más suave y controlado.
NOTA: El rebote puede ocurrir tanto en aeronaves de aviación general como en aeronaves jet de grandes dimensiones, los procedimientos de recuperación y recomendaciones de precaución son aplicables para todas las aeronaves (según el tipo de aeronave puede variar ligeramente).
Artículo redactado por: Cap. Rafael Paccieri F.
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